Por: J Paulo Pérez-Tejada
Nacionalidad:
Desempleado
Vivimos en el quinto año de una crisis económica
global. Esta crisis, que ha afectado en mayor medida a las economías avanzadas,
tiene una de sus principales expresiones en los altos índices de desempleo a
nivel mundial. El desempleo agudiza los efectos de la Gran Recesión, pues al no
haber una población capaz de consumir, la reactivación se vuelve más complicada
y lenta. Pero también afecta la estabilidad social de los países donde la
crisis se ha vivido de forma más aguda.
Este riesgo latente se ha hecho palpable en movimientos
como el 15-M (o “Movimiento de los Indignados”), Occupy Wall Street, y las llamadas Primaveras Árabes, movimientos que han tenido como contexto la
lenta recuperación de la crisis económica global y los altos índices de
desempleo provocados por ésta, situaciones económicas que desencadenan o
evidencian problemas políticos.
Situación Global
del Empleo
En el “Informe
sobre el trabajo en el mundo: Reparando el Tejido económico y social”,
elaborado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Instituto
Internacional de Estudios Laborales (IIEL), se señala que el desempleo
continuará a la alza al menos que las políticas cambien. En el momento de la
publicación del informe, las cifras sobre desempleo revelan a un poco más de
200 millones de personas en paro, y se estima que para el 2015 esta cifra
alcance los 208 millones de personas. Además, el caso de desempleados de largo
plazo -personas que llevan sin un trabajo más de 12 meses- ha aumentado en un
60% desde que la información al respecto existe, lo que desalienta la búsqueda
de trabajo en aquellas personas.
Tras cinco años de la crisis económica iniciada en
2008, se empieza a observar una recuperación en países de economías emergentes
y en vía de desarrollo, quienes se estiman que vuelvan a los niveles anteriores
a la crisis para el año 2015. En cambio, los países desarrollados son los que
más lentamente se han recuperado y la proyección es que no retomen los niveles
anteriores a la crisis económica hasta el año 2017.
De 37 países europeos de los que la OIT tiene datos,
sólo 6 (Alemania, Luxemburgo, Hungría, Malta, Suiza e Israel) tienen índices de
empleo que superan los niveles previos a la crisis. En el 35% de los países, el
empleo ha aumentado sin alcanzar los niveles previos y en el resto de los
países la pérdida de empleos continúa.
La cifra de desempleo continuará aumentando en los próximos años a nivel
global, según las estimaciones . A esto, hay que agregar que en algunos países
el desempleo a largo plazo se incrementa. En más del 40% de los países donde el
desempleo declinó, los rangos de inactividad aumentaron. Además, la calidad del
empleo se ha deteriorado. En muchos países, ha aumentado el empleo
involuntariamente temporal y de medio tiempo, mientras que en los países de
economías emergentes y en desarrollo, el empleo informal se mantienen en un
alto nivel. Muchos países que mostraron una buena actuación en los índices de
desempleo, la calidad del empleo disminuyó. En casos como México, India y
Venezuela, la situación del mercado laboral no mejoró mientras que la calidad
del empleo se deterioró.
En el informe del año anterior, la OIT había señalado
que los países con algún tipo de protección al empleo se recuperaban más rápido
que los países que carecían de éste. Por ese motivo, en la Recomendación nº 202
presentada en junio de 2012, la OIT sugirió una serie de medidas que denominó
“piso social”, entre las que se encontraba el cubrir un nivel mínimo a quienes
no ganaran un ingreso suficiente, el cuál debiera definirse a nivel nacional.
Asimismo, se hizo hincapié en asegurar servicios básicos como son los de salud
para toda la población.
Riesgo de
Inconformidad Social
La crisis económica mundial ha puesto en relieve el
problema del desempleo y la vulnerabilidad de las distintas economías
regionales frente a éste. Para el reporte de este año, publicado en junio, la
OIT agrega el peligro de inconformidad social que puede acarrear esta
situación, sobre todo en Europa. El reporte señala como principales factores de
riesgo de inconformidad social el crecimiento económico y los rangos de
desempleo. En un análisis empírico, se observa que el desempleo juvenil es uno
de los principales factores que aumentan la inconformidad social. Sin embargo,
es el rango de desempleo total el que más incrementa esta inconformidad.
En el reporte se explica que se usaron cinco factores
para crear el índice de riesgo de inconformidad social: confianza en el
gobierno, estándar de vida, Mercado de trabajo local, libertad en la vida,
acceso a internet. Basado en esos factores, el estudio determinó un mayor
riesgo de en Chipre, Reṕublica Checa, Grecia, Italia, Portugal, Eslovenia y
España. También se señala que donde existen canales democráticos para expresar
la frustración en distintas áreas de la vida, el riesgo de inconformidad social
disminuye.
La masa
desempleada mundial
La situación descrita por la OIT y el IIEL pone en
términos cuantitativos los efectos de la crisis mundial que ha sido sentida por
la mayoría de nosotros. Esta crisis recuerda a las tesis del filósofo y
economista alemán, Karl Marx, quien vio el desempleo como parte inherente del
sistema capitalista y sus crisis continúas. Por ello, algunos teóricos
contemporáneos, como Frederic Jameson, no dudan en recomendar la relectura del
tomo I de Das Kapital en este periodo
de Gran Recesión.
El desempleado vive de distintas formas la crisis según las coordenadas. La informalidad parece que ha jugado el papel de válvula de escape en Latinoamérica. En los países que cuentan con seguro de desempleo, la situación puede ser más sobrellevable, sin embargo, los largos periodos en paro comienzan a preocupar en un nivel macroeconómico. En aquellos países donde no existen muchas alternativas al desempleo, la situación comienza a preocupar a los especialistas no sólo en lo económico, sino también en lo político y lo social, y más aún cuando la recuperación parece que tardará más de lo previsto.
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