El artista mexicano Oscar
Cueto presenta una exposición en el jardín principal de Casa del Lago Juan
José Arreola del
26 de abril al 29 de julio. La instalación titulada El
infierno de unos es
una invitación constante a la reflexión en torno a la moral, las costumbres y
la relación del hombre con la naturaleza
Más allá de ser algo en
específico, El infierno de unos es una instalación pensada como un
espacio de ocio, juego y contemplación, según Cueto. La muestra es una
invitación constante a pensar. El jardín de Casa de Lago se ha adornado con
diferentes plantas y flores, una hamaca que obliga a recostarse en ella después
de haber tomado uno de los libros de jardinería, paisajes e inspiración
bucólica hallados en un pequeño mueble a un lado de la hamaca, con la finalidad
de propiciar una profunda reflexión.
En un impreso creado también
por el artista y que se encuentra en otro mueble de la instalación, Cueto
explica que su pieza asume una postura que han sostenido diferentes culturas a
través de la historia universal: el eterno retorno como concepción del Universo
cíclico, es decir, la vida como un ciclo que en determinado punto repite los
eventos.
Es por eso que el artista
mexicano, apoyado en una variante de la teoría de Friedrich Wilhelm Nietzsche,
enlista en dicho impreso (denominado Un ciclo sin fin) lo que
para él serían sus siete infiernos personales o pecados capitales; mismos que
en las siguientes siete páginas son ilustrados con imágenes obtenidas de Internet.
Quizás sea el pensamiento de
aquél que creía que la moral y las costumbres eran la razón principal para el
declive que conducía al aletargamiento del ser humano, que por eso en la
variante de la teoría del Universo cíclico veía en los errores y falta de
carácter aquello que conformaría el infierno de cada uno de nosotros.
Probablemente sean el pasto,
las flores, las plantas, el lago como punto de contemplación, el sonido de un
sinfín de animales como melodía acompañante, el poder mágico de la naturaleza o
tal vez sea el libro de Rousseau o el quinto infierno de Oscar Cueto: Despertar
y no ser Kafka, ni Carver, ni siquiera Bukowsky.
O puede que simplemente sea esa imagen-metáfora del joven que sufre esa edad que parece interminable, a la que el artista mexicano se refiere al principio de su impreso, pero hay algo en ese jardín que hace reflexionar acerca de la existencia de uno mismo en la Tierra, de lo que hay en este planeta. Del infierno de unos y el paraíso de otros. De la eterna comparación entre un cielo y un infierno, entre algo bello y algo espeluznante, entre el bien y el mal, entre la iglesia, elcontrol sistemático y los prejuicios sociales. Sergio E. del Ángel Díaz
La exposición se presenta a partir del 26 de abril y hasta el
29 de julio en Casa del Lago Juan José Arreola de miércoles a domingos. La entrada es libre.
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