La Casa Blanca pasó hoy apuros para explicar la decisión del presidente Barack Obama de ignorar la ley en la liberación de cinco detenidos en Guantánamo a cambio de un soldado prisionero de guerra en Afganistán.
Aunque Obama no notificó por escrito al Congreso sobre la transferencia de estos detenidos con 30 días de anticipación, como lo manda la ley, el vocero Jay Carney desestimó la noción de que el mandatario esté por encima de la ley.
“De ninguna manera”, respondió Carney al ser cuestionado al respecto durante su habitual conferencia de prensa, insistiendo en la necesidad de que el mandatario tenga la flexibilidad necesaria para actuar en instancias que requieren acción inmediata.
“El presidente ha sido consistente de manera clara en la necesidad de que el poder ejecutivo tenga la flexibilidad de actuar rápido en conducir negociaciones con otros países sobre las circunstancias de una transferencia de detenidos, si es necesario, y ese es el caso en esta instancia”, dijo.
Los cinco detenidos fueron liberados de Guantánamo y transferidos al Emirato de Qatar como parte del intercambio para lograr la liberación del sargento Bowe Bergdahl, detenido por el Talibán y retenido como prisionero de guerra durante cinco años.
La liberación de Bergdahl, el único soldado estadunidense prisionero de la guerra en Afganistán, fue anunciada el sábado por el presidente Barack Obama en la Casa Blanca, durante una ceremonia acompañado por los padres del soldado.
La decisión del mandatario de ordenar la liberación de los cinco detenidos y su transferencia sin notificar ante el Congreso fue defendida antes por su jefe de gabinete Denis McDonough, quien dijo que el Congreso estaba al tanto de estas negociaciones.
“Nosotros mantuvimos informado al Congreso sobre este esfuerzo, incluyendo la posible transferencia de cinco detenidos de Guantánamo, por años. Sé esto porque yo participé en muchas de esas consultas cuando serví en el Consejo Nacional de Seguridad”, dijo McDonough.
Carney reiteró igualmente que la liberación y transferencia de estos cinco detenidos a cambio de la libertad de Bergdahl fue lo indicado.
“Fue lo correcto porque en un conflicto armado Estados Unidos no deja atrás a nuestro hombres y mujeres”, dijo.
El vocero presidencial insistió igualmente que las condiciones impuestas sobre estos cinco detenidos por el gobierno de Qatar mitigaron las consideraciones sobre la eventual amenaza que pudieran presentar a la seguridad del país.
Citó igualmente las consultas celebrada al respecto por el Secretario de Defensa Chuck Hagel y miembros del equipo de seguridad nacional del presidente.
Sin embargo, Carney pasó apuros para defender la declaración de la asesora de Seguridad Nacional, Susan Rice, de que Bergdahl sirvió con honor y distinción.
Ocurrió así porque miembros del batallón al que perteneció Bergdahl lo acusaron de ser un desertor que provocó la muerte de cinco soldados que participaron en un operativo para rescatarlo.
Carney dijo que el Departamento de Defensa se encuentra en el proceso de determinar las circunstancias de su captura, “pero ante todo lo primero que tenemos que reconocer es que el sargento Bergdahl estuvo cautivo por cinco años, retenido contra su voluntad”.
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