El aire de Zona Rosa
Por: Ana Valeria Cano
“¿Eres de ambiente? “Es la primera
pregunta que escuchas al pisar las calles de Zona Rosa, el aire se
viste de colores y es inevitable mirar de soslayo a los que pasan para
poder observar sus coloridos trajes. Uno se vuelve parte de los colores
del arcoíris en sus banderas, como si cada color te volviera parte del
carnaval en cada sonrisa y momento. Las pelucas, alas, diamantina y
lentejuelas, tapizan las calles de la ciudad año tras año en la marcha
del orgullo gay.
Existen distintos tabúes dentro de
nuestra sociedad, pero en la actualidad la homosexualidad ya no se
podría considerar un tabú, si no más allá de eso, tiene que ver con la
homofobia y con lo que nos hayan inculcado en nuestras casas, sin dejar a
un lado que esta comunidad desde siempre ha recibido opresiones, burlas
y discriminaciones, pero en lo personal opino yo que muchas veces este
maltrato es generado por su desinhibida forma de expresarse; encontramos
a gente semi desnuda y hasta algunos completamente desnudos caminando
por las calles, expuestos ante ojos de todo tipo de crítica, sin
embargo el ambiente que se respira dentro de ese mundo es bastante
tranquilo dentro de lo que cabe, la gente baila y canta a lo grande por
las calles de zona rosa una vez finalizada su marcha, no hay lugar en
bares y antros gays que puedan albergar a todos los que los visitan, sin
embargo la gente vuelve de la calle un lugar para todo y está fuera de
la vista de las autoridades, ellos hacen al día para festejar sus
gustos y creencias cayendo en el libertinaje, conforme cae el día las
coronas, cuernos y orejas de conejo también caen tras cada vaso de
alcohol, la noche se vuelve un carnaval mesclado de princesas rudas
borrachas y de gente de todo tipo, que a pesar de no compartir sus
preferencias sexuales, abre puertas a todo aquel que quiera formar parte
de esta comunidad por un día. Las únicas discriminaciones y burlas que
pueden escucharse a los alrededores son de ellos mismos, porque
siguiendo la fría naturaleza del ser entre ellos mismos se auto
destruyen en nombre de marcas materiales y superficiales, porque están
dentro de los rigurosos y frívolos estándares de la moda.
Conforme el día vuelve a la normalidad,
todos desalojan las calles de Zona Rosa, dándole espacio a la luz del
día desfilar libre sobre ellas.
0 comentarios:
Publicar un comentario