domingo, 5 de octubre de 2014

Lo mejor de la semana: Repliegue de EU deja la vía libre a yihadistas; están a 2 km de Bagdad

yiha

Después de una invasión de siete años, Barack Obama anunció el retiro de tropas de Irak y aseguró que estaba orgulloso de dejar un país tranquilo. El 17 de diciembre de 2011 salió el último convoy de tropas y daba el relevo de la seguridad a las milicias formadas y entrenadas bajo la vigilancia estadounidense. “Obama quiso respetar esa promesa de campaña, basada en las críticas tan duras que había hecho antes contra la guerra, pero Irak no estaba suficientemente consolidada como para que el retiro de Estados Unidos se viviera como algo normal”, dice a La Razón Marta Tawil, investigadora del Colmex.
La Fundación para la Ayuda y la Reconciliación en Medio Oriente, aseguró ayer al diario The Independent que el “Estado Islámico (EI) está a menos de dos kilómetros de entrar a Bagdad”. Un portavoz de la organización apuntó contra Occidente: “Dijeron que nunca podía suceder y está a punto de ocurrir (el ingreso de EI a Bagdad)”.
El funcionario cuyo nombre no se cita en el rotativo afirma: “Obama dijo que sobreestimó lo que el ejército iraquí podía hacer. Sólo tiene que estar aquí apenas por un corto tiempo para saber lo que pueden hacer”, añadió.
Sus palabras hacen referencia a las declaraciones del mandatario a la cadena CBS. Durante el programa 60 Minutos Obama reconoció que los Servicios de Inteligencia sobreestimaron la capacidad del ejército de Irak para hacer frente a los grupos radicales.
La retirada de tropas de territorio iraquí parece no haber tenido el efecto deseado de mantener un Estado estable, pacífico y tranquilo. Por ello Obama se enfrenta a aquellos que le señalan como el culpable, por haber querido sacar al país de una guerra que no era suya.
“Lo que quería Obama era retirar las tropas, dejar a los mediorientales vivir sin intervención exterior. Pero lo logra sin mucho éxito, pues lo que primero que aparece es el brote de violencia”, dice el doctor Stephan Sberro doctor en ciencias políticas del ITAM.
Para Tawil, aunque toda la crisis no es responsabilidad de Obama, el mandatario “debió haberlo previsto (la crisis en Irak) por la división de grandes coaliciones políticas con inclinaciones sectarias y la radicalización del discurso político en Irak y, sobre todo, la acumulación de frustración, de rabia y de miedo de la comunidad sunita al percibirse como el blanco de ataques de la mayoría chiita y de Al Maliki”.
En la misma línea se expresa Sberro, quien además asegura que la primavera árabe y en particular la revolución en Siria “permitieron a los yihadistas hallar un terruño para rearmarse a los grupos terrorirstas en un santuario. Fue un error de cálculo”.
En una columna publicada en The Washington Post, el experto Richard Cohen cuestionó las medidas tomadas por Obama y señala que el principal error del presidente de Estados Unidos fue que, en los cinco años que pasaron desde la retirada de tropas de Bagdad hasta el comienzo de la nueva guerra de Irak, Obama ha basado su política exterior en cómo piensa el mundo que debía operar, más que en la realidad.
De acuerdo con Cohen, Obama estaba en un mundo en el que el recurso a la guerra había ido disminuyendo y EU podría, sin gran riesgo, reducir radicalmente el tamaño de sus fuerzas armadas.
Según Eugene Robinson, también de TWP, la decisión de retirar tropas viene del exceso de confianza en sus propias fuerzas armadas. Para Robinson, Obama compró la idea de que el incremento en el número de soldados desplegados en Irak había “curado milagrosamente” las antiguas divisiones que azotaban al gobierno iraquí.
No obstante, Marta Walit asegura que el jefe de la Casa Blanca “no pensó en cómo reintegrar a esas milicias que estaban fuera del ejército. Muchos de esos hombres pasaron al lado de grupos como EI porque no se les presentó alguna alternativa. No se reivindicaron las causas que provocaron la debilidad del Estado en Siria e Irak”.
El domingo el senador republicano John Mc acusó directamente al mandatario de la crisis en Irak por no dejar un contingente que supervisara el relevo militar a las fuerzas locales.
El gobierno iraquí trata de reconstruir su ejército y para ello pretende incluso readmitir a aquellos los soldados y oficiales que desertaron ante el avance del Estado Islámic

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