Por: Azul Mayan
@azulmayan
Mi papa se escribe con AA
Es luna llena y mi lobo anda desatado, lo iba a calmar con un te de goldolobo y manzanilla, pero olvide prender la tetera, como resultado le dí coca-cola, sacia mi deseo de morder el cuello de cualquiera que me dijera por poco ¡hola!, me cansa el clima, me harta el tema del futbol, y con quien quiero estar se encuentra a kilómetros de distancia, busco rápido contacto feisbukero para anestesiar a mi estado de ánimo, toco puerta (inbox) pidiendo posada y me reciben con una sorpresa bonita que me pone contenta de la nada.
Este relato bipolar es la décima parte de la montaña rusa emocional que mi padre vive día a día; mi pApA se escribe con doble AA todos los días desde hace 26 años se dirige a sus reuniones en los puntos de encuentro de esta institución que recibe las 24 hrs los 365 días del año a aquellos que conocieron el infierno de vivir en el alcohol, siendo hoy líder activo y dedicado.
Mi creador denominado ante la sociedad como padre fungió como pilar raíz de mis creencias de la vida, a pesar de que estuvo solo los primeros 4 años de mi vida a mi lado , aunado a que mi personalidad es idéntica a la suya incluyendo el poder de autodestrucción que lo-nos caracterizaba, , después de 25 años incomunicados, me di a la tarea de buscarlo, porque cuando una como fémina pierde este contacto paterno lo busca como desesperada, disfrazando al primer sujeto alcohólico, egoísta, defraudador, narcisista se te ponga enfrente, una y otra vez, pensando que en una de esas “ahora sí se queda papá a mi lado”.
Con todos mis rotos me armé de valor para enfrentarlo, ¡ porque había que enfrentarlo! , embestirlo a reclamos y gritos, ante la pregunta del ¿Por qué me dejaste? Alfiler de mis múltiples heridas.
Después de 3 cafés una coca cola y espejeo siniestro de mí en él, escuche al hombre que hablaba de sus propios rotos y zurcidos, de sus sentimientos, de sus sueños rotos, de su incapacidad, de su limitada responsabilidad, de su condición como humano inconsciente del todo, de su propio dolor.
No fue buen esposo, eso es verdad, aquí lo descubierto es que como padre en su corto desempeño lo hizo bien, mi dolor era el que estuvo muy poquito a mi lado, porque yo disfrutaba su compañía mucho, me enseño, a leer, a escribir y no de forma primaria, si no poética, a brincar la cuerda, jugar avión, apreciar el teatro siendo yo la única espectadora con palco de honor en las obras que montaba en la sala, a pintar, a comer como la heredera al trono del reino más sutil de la tierra, a ser exquisita en mis modales y guerrera en mis pensamientos.
Mi pApA se escribe con doble AA y sigue siendo mi maestro
A ti Almenes con cariño.
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