Por Ana Valeria Cano
Si pudiéramos imaginarnos un mundo en
donde la filosofía sea la carrera más saturada y en donde haya más
espacios públicos dedicados a la creación de arte que burdeles sobre la
López Portillo, seguramente sería un México distinto, no por los
espacios públicos, sino por la cultura y mentalidad que tendría la
gente. Pequeños actos que denotan inmediatamente la falta de valores
alarmante en nuestro país, como tirar la basura en la calle, la
facilidad con la que le quitamos la vida a un animal que solo cruzaba la
calle, la forma en que como sociedad estamos conviviendo.
México es considerado un país
pluricultural y multiétnico por los diferentes tipos de etnias y la
riqueza de las culturas que lo conforman, sin embargo esto ya no es un
orgullo para la mayoría de las personas, si eres de origen indígena
inmediatamente es causa de discriminación, por el color de piel, la
forma de vestir y calzar, el acento etc... Sin embargo si nos adentramos
en un análisis del porque es causa de discriminación no vestirnos de
Zara, encontramos argumentos laxos y superfluos acerca del estatus
social que generan las marcas, nos dan la sanación a una aislación
interpersonal que el consumo excesivo de este tipo de productos ha
causado en nosotros. Cuando vemos la palabra “REBAJA” en las tiendas,
sentimos un apapacho emocional a nuestra necesidad consumista e
inmediatamente entramos a comprar, se nos crea una adición a la
satisfacción de necesidades adquiridas y no solo eso, sino también nos
crea la idea de que cuando algo falle en tu vida, la solución es salir
de compras.
Pero nada de lo que nos rodea es
nuestro para ponerle nombre y precio, todo este mundo gira en torno al
“dinero”, el cual esta echo principalmente de materia prima, la materia
la obtenemos de la naturaleza y nosotros formamos parte de ella, no ella
forma parte de nosotros, la naturaleza se nos es otorgada de manera
gratuita, el aire, agua, los árboles, el papel con el que fabrican los
billetes de $500 y todo este gran imperio fue construido con materiales
de los cuales ninguno la madre naturaleza nos ha vendido, entendemos que
el dinero no es nada grande ni maravilloso, solo es materia prima, pero
el problema está en el gran valor que el hombre le da. Porque podemos
gastar miles de pesos en comprar una estrella, nos dan un certificado en
donde dice que esa estrella es nuestra, si del otro lado de la ciudad
se encuentran dos personas mirando la misma estrella y de manera
simbólica se la regalan, no sería prácticamente lo mismo pero sin
invertir miles de pesos en algo bastante absurdo y estoy hablando de una
realidad, la gente si ha comprado las estrellas, simplemente nosotros
pagamos por la satisfacción que dicha compra nos genera, sin pensar que
nada es nuestro, que las personas que poseen cosas materiales no son más
ni menos que cualquier ser. Yo los invito a adentrarnos en un análisis
individual del porque si nada nos pertenece, les hemos puesto un precio
y pagamos por ello; si cuesta tanto ganar el dinero porque lo gastamos
en cosas que no nos hacen falta realmente, por ultimo cierro con esta
frase tan acertada de Charles Bukowsky
“¿Cómo
diablos puede un ser humano disfrutar que un reloj de alarma lo
despierta a las 5:30 a.m. para brincar de la cama, sentarse en el
excusado, bañarse y vestirse, comer a la fuerza, cepillarse los dientes y
cabello y encima luchar con el tráfico para llegar a un lugar en donde
usted, esencialmente, hace montañas de dinero para alguien más, y encima
si le preguntan, debe mostrarse agradecido por tener la oportunidad de
hacer eso?”
domingo, 27 de julio de 2014
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