Felipe Calderón, expresidente de México, culpó
y recriminó a las autoridades locales como las del estado de Michoacán
de impedir que tuviera éxito su estrategia contra el crimen organizado.
Calderón dijo que su política de enfrentar con toda la fuerza del Estado al crimen organizado funcionó bien en zonas como Ciudad Juárez, Nuevo León o Tijuana, donde las autoridades locales "hicieron su parte", depuraron
sus departamentos de policía y la criminalidad se redujo
significativamente. En Ciudad Juárez los homicidios bajaron desde su
pico, ya que cuando Calderón dejó la presidencia se habían reducido en
un 76%, dijo el exmandatario.
Desde
hace años se han divulgado reportes de presuntos vínculos entre los
políticos de Michoacán y los narcotraficantes, aunque los esfuerzos
previos para investigar y llevar esos casos a la justicia no han
prosperado.
El
expresidente opinó que Estados Unidos debería aprobar medidas como una
regularización más adecuada de trabajo temporal, como por ejemplo de
trabajadores agrícolas en época de verano.
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